miércoles, 29 de diciembre de 2010

Balance de libros (IV)

No sé si seréis de los que compran los libros que son novedad o de los que prefieren esperar a que salga su edición de bolsillo. Yo soy de los segundos. Eso me evita tener que lidiar con miles de publicaciones que realmente no valen el papel que se gasta con ellos y, además, me sirve para ahorrar un dinerillo. Por otra parte las ediciones de bolsillo ocupan menos sitio en la biblioteca, lo cual es importante. El problema de todo esto es que cuando puedo hacer el comentario del libro este ya ha pasado de moda. Sin embargo, dado que a quien ama la lectura no deberían importarle esas minucias, no entiendo por qué se le da tanta importancia a lo nuevo… Bueno, sí que lo entiendo, es sentir el poder de marcar una tendencia. Pues lamento informar que la publicidad de pago y las ventas de las ediciones tienen más peso que cualquier manido comentario en un blog como, por ejemplo, este.

Dicho esto probaré a dar una lista de los más agradables descubrimientos que he realizado entre los libros y autores olvidados. Y para eso empezaré con la estrella de mi año como lector: Tom Sharpe y su saga de libros sobre Wilt. Wilt es un personaje muy atípico al que no le faltan los más hilarantes tintes de la flema inglesa. Hasta el momento he leído tres de sus alocadas historias y el cuerpo me pide más. No voy a dar más detalles, ya lo hice en el artículo dedicado a los dos primeros libros. Sólo voy a decir que, si aún no los habéis leído, vale la pena acercarse a la estantería de Anagrama de vuestra librería favorita y rebusquéis para hayar toda la colección.

Otro de mis descubrimientos ha sido Noah Chomsky. Un pensador con las ideas muy claras. Chomsky parte desde el nivel del lenguaje para, en todos sus libros, mostrarnos las contradicciones del mundo actual. El resto es cosa de cada uno.

Vivimos en tiempos de crisis, pero no era una crisis inevitable, de hecho eran muchos los autores que, desde hace bastantes años nos venían advirtiendo de lo que se nos venía encima. En base a esto me gustaría recomendar y sentenciar algunos libros. En el banquillo de los acusados estarían todas las obras del señor Xavier Sala i Martín. Este señor no pertenece a FAES, pero ha cometido los mismos errores que ellos y, lo que es peor, sigue defendiendo las mismas ciegas ideas que nos han llevado a esta situación de crisis. Una crisis que muy pocos han sabido analizar correctamente, ni siquiera el gran Ramón Tamames que, en esta ocasión no ha sabido ver la realidad. El único análisis sincero y pormenorizado que he encontrado está en “Cómo salimos de esta” de Nouriel Roubini y Stephen Mihm. Claro que este libro puede ser un poco pesado (sobre todo después de comer). Por otro lado, desde hace más de una década Susan George ya nos venía explicando lo que estaba pasando y lo que podíamos esperar, primero en su “Informe Lugano”, editado por Icaria e Intermón Oxfam con un interesante prólogo del desaparecido Manuel Vázquez Montalbán. Despues de llamar la atención con este libro, Susan George fue más al grano en 2004 con “Otro mundo es posible si…”. También en este libro nos presento a la asociación ATTAC que desde entonces nos viene informando de los caminos tomados por la actual economía manipulada de mercado, hasta desembocar en la situación en que nos encontramos.

Citando a los clásicos: “nada nuevo bajo el cielo”.

Para los lectores en lengua catalana mi recomendación es la reedición de varias obras de Pere Calders. Para mí, el mejor autor contemporáneo en esta lengua. Lástima de su prematura muerte. Por cierto, existe una película portuguesa muy curiosa sobre una de las partes de “Antaviana”. Yo, por mi parte, estoy releyendo “De teves i meves”, toda una fuente de inspiración.

Y, como dirían Tip y Coll, mañana hablaremos del gobierno.

Fotografía de Pere Calders tomada de www.nosaltresllegim.cat

martes, 28 de diciembre de 2010

Balance libros (III)

Los premios como el Nobel, el planeta, el príncipe de Asturias… abren el camino para hacer superventas de algunos libros que, muchas veces son auténticos truños de grandes autores. En otras ocasiones no es así, por lo que lo mejor en estos casos es dejar dormir el premio y esperar a que la euforia se asiente para conocer el verdadero valor de esa obra. Bueno, es posible que en casos como el Nobel siempre podamos recuperar los clásicos de ese autor. En el caso de Mario Vargas Llosa. “La ciudad de los perros”, “Pantaleón y las visitadoras” o “Diálogos en la catedral”. Sería cuestión de esperar unos meses antes de decidirse por “El sueño del celta” ya que ahora podría estar sobrevalorado. Igualmente podemos decir lo mismo del premio Planeta de Eduardo Mendoza, sería una pena que alguien adquiriera una mala imagen de un autor tan genial, por eso les recomiendo leer la saga de Gurp, las desventuras de Pompinio Flato o investigar el misterio de la cripta embrujada antes de adentrarse en las sospechosas variantes de editorial Planeta.

Otro tipo de lecturas mediáticas son las guiadas por el deceso de sus responsables. Aquí difícilmente hablaremos de la obra recién salida del horno, siempre destacan sus grandes obras de siempre. No es un mal negocio para el editor, pero en este caso el lector sale beneficiado con algo de cultura y unas reconfortantes páginas en el estómago.

Este año nos dejó José Saramago y, aunque en ocasiones no es un autor tan sencillo, nos quedaron algunas perlas que merece la pena leer. Yo recomiendo “El Evangelio según Jesucristo”, pero mi consejero literario considera más adecuados: “Ensayo sobre la ceguera”, “Levantado del suelo”, “La Caverna” y “El viaje del Elefante”.

Finalmente, por hoy, a los amantes del cine les recomendaría una bibliografía cinematográfica del recientemente desaparecido Blacke Edwars, pero lo cierto es que no recuerdo su título exacto porque el libro no era mío. Si os interesa el tema, buscadlo. Vale la pena. Lo reconoceréis fácilmente porque en la portada aparece Audrey Hepburn recostada con una diadema de diamantes en la cabeza.

Imagen tomada de http://cartelerasenrosario.com.ar

lunes, 27 de diciembre de 2010

Balance de libros (II).

Un año más el libro no escrito se llama “Danza de dragones”. Desde 2006 la tienda de libros por Internet Amazon anda anunciando la inminente salida de su versión en inglés y, lo que es más inaudito, aceptando reservas. Pero la triste realidad es que George R.R. Martin parece haberse olvidado de todos los seguidores de la saga “Canción de hielo y fuego”. Unos dicen que anda inmerso en los guiones de una serie televisiva sobre la primera parte, pero que está encallada ya que se han tenido que repetir excesivas escenas y algunos actores parecen no dar la talla. No obstante, Martin ha presentado, en este tiempo, dos proyectos editoriales que nada tienen que ver con la saga. Mucho me temo que se ha aburrido de la gran novela río y está dispuesto a dejarnos a medias. No es nuevo esto de que un autor se aburra en mitad de una saga de éxito pues ya le pasó en su día a Conan Doyle. Doyle creyó solucionar el problema matando a Sherlock Holmes en una de sus novelas, pero la presión ejercida por los fans de la época y el editor de turno le obligó a resucitarlo y no fue una sola vez. También J.K. Rowling ha manifestado varias veces su hastío por Harry Potter al que parece haber dado boleto en su última entrega, pero… ¿aguantará escondido en el más allá a sus miles de fans deseosos de más aventuras?

En el caso de “Canción de hielo y fuego” tenemos el hándicap de que R.R. Martin es un señor obeso de 63 años con gran peligro de sufrir un infarto que nos dejaría sin finalizar la saga. Sabiendo que después de “Danza de dragones” aún faltarían dos libros más para ver un final, creo que tenemos muy crudo llegar a verlo. Y en este caso la cosa sería más grave que en la saga “Millenium” de Stieg Larsson, donde los tres libros terminados son magníficas historias de suspense con final propio. Porque las novelas río tienen ese pequeño problema de no terminar, sino dejar las cosas abiertas por todas partes hasta el último libro de todos. Es decir, “Canción de Hilo y fuego” puede convertirse en un simple culebrón fantástico sin final. ¿Se imaginan a la protagonista de “Los ricos también lloran” buscando eternamente un pañuelo y sin encontrarlo? , pues así estamos los fans de George R.R. Martin. Así que mi consejo es que si no ha empezado a leer nada de esta saga, no se le ocurra empezar ahora. Ni siquiera si algún día aparece la esperada “Danza de Dragones”. Mejor se espera a que salgan los dos siguientes. En Betfair punto com creo que ya ha abierto un apartado para apostar si Martin palmará antes de acabar la saga o no… y creo que pagan 6 a 1 si logra terminar. Bueno esto último es broma... ¿creo?.

Imagen tomada de http://styleceo.com En Amazon ya han retirado la imagen y en estos momentos ya no aceptan encargos, sin embargo aún aparece la reseña de este libro inexistente.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Balance de libros (I).

Se acaba el año y ha llegado el momento de hablar de libros. Lo bueno y lo malo. Lo leído y lo no leído. Lo escrito y… Es decir, que durante los próximos días daré unas pinceladas de luces y sombras al panorama literario, pero desde un punto de vista un pelín peculiar.

Me gustaría empezar con un libro infantil: “Jim Boton y Lucas el maquinista” de Michael Ende. Todo un clásico que me ha torturado estas navidades. He visitado una treintena de librerías en los últimos días para localizarlo, pero infructuosamente. Sin embargo esta cruzada en busca del libro me ha permitido conocer la salud de los vendedores de libros en mi ciudad. Y debo decir que me ha sorprendido agradablemente. La búsqueda del libro era por razones puramente emocionales y en la primera librería me encontré con una situación que se repetiría.

--¿Algún medio de comunicación ha recomendado el libro?

Con esta pregunta y tono de sorpresa, contestó la dependienta a la mía sobre si tenían algún ejemplar del citado libro.

--No, que yo sepa.

--Es que es usted la tercera persona que me pregunta por él en la última semana.

No tenían el libro y ya en aquel primer momento sabía que mi caza del tesoro sería algo muy difícil. Alguien me llevaba algunos días de ventaja en la caza y captura de la obra de Ende. Sin embargo, tengo que insistir en la gran profesionalidad de la mayoría de dependientes de librerías que hacían comentarios sobre el cuento con gran conocimiento de la obra. La sensación de que la mayoría de ellos lo habían leído era obvia, pero además hablaban de ediciones ya agotadas y de una continuación a este mismo libro: “Jim Boton y los trece salvajes”. La gran decepción fue la librería de El Corte Inglés donde me lo miraron en su ordenador con la misma profesionalidad profiláctica que si me buscaran unos calzoncillos de la talla 60.

Como ya podéis suponer no puedo recomendar la lectura de este libro porque aún querréis comprarlo y si tengo alguna opción de adquirirlo podríais mermar mis posibilidades de hacerme con él.

El segundo libro sobre el que voy a hablar no tiene nada que ver con el primero. Se trata de “Diplomacia” de Henry Kissinger. Posiblemente el autor no sea una persona muy recomendable, pero su abultado libro lo es totalmente, al menos las tres primeras cuartas partes del libro. De hecho sus análisis políticos, hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, son fascinantes. Nos daremos cuenta de la admiración del autor hacia personajes como Richelieue, Mazarino y, especialmente, por Bismarck. Sin embargo sus alabanzas a la política de Nixon, sobre todo hacia el final, que de alguna manera le sirven de justificación a sí mismo, son totalmente obviables.

Para los interesados en los temas de política e historia este libro ha salido una nueva edición este año y está de nuevo disponible en las librerías.

Y… bueno, para no alargarme en exceso, diré aquello de… ¡Y mañana más!

La portada de la nueva edición de “Diplomacia” está tomada de la web de La Casa del Libro.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Nestlé: chocolate con leche.

Por fin he vendido en eBay mi cafetera Krups. Sí, una de esas que anuncia el George Clooney. No me han dado ni la mitad de lo que me costó, ni con el descuento de 50€ del que mejor ni hablamos. Una pena, porque el café no estaba mal. Un poco caro, pero aceptable y más limpia que la cafetera exprés tradicional. Y sin la necesidad de ser tan hábil para hacer un buen café (que yo lo soy). Pero esta venta tiene poco que ver con el café y mucho con la marca: Nestlé. Porque hasta hace unas semanas era un gran consumidor de los productos de esta marca, pero desde hoy se acabó. Me paso a Danone, Dhul, ATO y otras muchas marcas, en principio más éticas, y que hacen productos iguales o similares.

La causa de este radical cambio de hábitos está fundamentada en una carta (e-mail), que envié a varios niveles dentro de la empresa, solicitando la reconsideración del cierre de su factoría en Viladecans. Un cierre que pretendían justificar dentro de su fusión (absorción) de Lactaris. A los casi doscientos empleados de la planta se les ha “ofrecido” el traslado a la recién ampliada factoría de Guadalajara (ampliada para absorber la producción de la primera). Nestlé pretende justificarse, a nivel de empleo, aumentando en una decena el número neto de empleados. Pero esto es un engaño pues desde Guadalajara se supone que también van a servir, a partir de ahora, a Portugal. La realidad es que se reducen los empleados y, lo que es peor, se crea la justificación para cerrar la moderna factoría de Guadalajara en cuanto se considere el error logístico de su ubicación y se decida trasladarla directamente a Portugal.

Nestlé se deshace así de un grupo de trabajadores arraigados y en plena crisis cuando sus beneficios siguen siendo escandalosos. Así Nestlé se une al ya demasiado extenso grupo de multinacionales que no responden a sus responsabilidades sociales. En este caso les importa una mierda sus trabajadores.

Lo que más me ha alarmado y repugnado ha sido la actitud de algunos individuos que han preferido culpar a los catalanes o al tripartito. Un gran ejemplo de solidaridad, sin duda (esto es ironía, para los que no sepan captarlo). Supongo que debe ser una forma de huir de un cierto sentimiento de culpabilidad, dado que uno de estos repugnantes individuos resultó ser un conocido sindicalista alcarreño del que mejor ni hablamos.

Pues bien, la citada carta tenía una fecha límite para su consideración a 31 de diciembre, sin embargo, dado que no he recibido ninguna respuesta a ella por parte de la empresa, he pasado a la fase uno de repulsión hacia Nestlé, uniéndose a otras eminentes empresas como Gillette (Sevilla 1994) y Samsung (Palau-Solità i Plegamans 2004). Empresas con grandes beneficios y sin ninguna responsabilidad social. Ni que decir tiene que no consumo productos ni Gillette, ni Samsung, desde los cierres de sus factorías. Pero Nestlé ha ido un paso más allá al hacerlo en un momento tan crítico para el futuro laboral de sus empleados. Creo que con Nestlé podría pasar al nivel dos muy pronto y, quien sabe, a lo mejor logramos que su malintencionada hazaña no produzca ningún beneficio económico… incluso, tal vez, pueda llegar a perder dinero… ¿Sueño?

martes, 21 de diciembre de 2010

“The Phenomena”… de tanto en tanto.


Una y otra vez vivimos en la espiral de los mismos, para los mismos y solucionando los problemas de los mismos. Una crisis provocada por los mismos y que se vuelve a enfrentar con los métodos aprobados por sus responsables y los gobiernos del mundo tragan y los pueblos pagan, con su dinero, con su sangre, con su hambre, con sus vidas… Pero, de tanto en tanto, entre la masa borreguil que camina cabizbaja en la senda del matadero, aparece una oveja negra. Será una oveja vilipendiada, atacada y, la mayor parte de las veces reducida y exterminada, pero, también de tanto en tanto, la oveja logra prender la llama de la esperanza entre algunos elementos de la masa que no están del todo dormidos. Y entonces los dueños del matadero tienen miedo de que se les acabe la comida.

De tanto en tanto los estudiantes de Francia se levantan contra Sarkozy, los estudiantes de Gran Bretaña lo hacen contra Cámeron y se permiten “ahostiar” a la mismísima realeza… De tanto en tanto aparece un WikiLeaks que nos cuenta los “mal guardados” secretos de alguno de nuestros verdugos… de tanto en tanto un ciudadano anónimo pierde la cabeza y se lía a tiros con unos cuantos inocentes… De tanto en tanto…

Cuando el camino fosforescente de anuncios televisivos no es suficiente para guiar a la manada, los verdugos sacan sus perros pastores para devolver los borregos al redil. Pero… de tanto en tanto, las ovejas negras sacan los dientes. Los estudiantes toman sedes de poder y los hackers se organizan para atacar diabólicas fortalezas digitales donde habitan los sicarios del poder. De tanto en tanto las ovejas negras logran cerrar algún matadero.

Estimados señores, como ya no ganamos suficiente, les vamos a negar su asistencia médica, su jubilación y su derecho a descansar. Y esto seguirá así hasta que sus líderes bajen la cabeza y ustedes obedezcan como esclavos. Piensen que la culpa no es nuestra, es de los sublevados que les niegan sus vacaciones, su paz y a nosotros nos impiden seguir ganando miles de millones cada día con su lana, su piel, su carne, sus tendones y sus higadillos.

Estimados señores, la resistencia es inútil.

Pero, de tanto en tanto, las revoluciones triunfan y logran cambiarlo… al menos durante un tiempo. Pero las revoluciones tienen un especial atractivo cuando vemos a los viejos verdugos siguiendo la nueva línea fosforescente.

Imagen tomada de http://portal-cifi.com

lunes, 13 de diciembre de 2010

Y un día nadie.

Se mustian los sueños

se agrian los recuerdos

y las firmes cadenas de montañas

agrietan sus costuras

con el paso de las aguas

y la fuerza de los tiempos.


Quisimos reinar

como todos los príncipes

pero al postrar las coronas

entre mares blancos o vacios

quisimos negar lo inevitable,

que era la hora de coronar a nuestros niños.


Y, como nosotros ahora,

como nuestros padres ayer,

ellos tendrán que ceder

ante el empuje de nuestros nietos,

lo que ahora les cedemos

y también traspasarán sus sueños.


Generación a generación

las coronas se desgastan

y las joyas que ayer

parecieron magnas

mañana serán pobres,

dinastías de mendigos.


Gobiernos tuvo la Tierra

que pudieron brillar como estrellas

pero prefirieron entablar

batallas de progreso

que masticaron los relojes

y se tragaron sus huesos.


La cuna de mis niños es dorada,

la de mis nietos platino,

pero las aguas de sus ríos

bajan calladas

y en sus bosques proscritos

solo un cuervo canta.


La luna se esconde

agria de recuerdos,

marchita de sueños

pero sus lisas montañas

sonríen sin arrugas

a la Tierra que cambia.


Y un día nadie recordará

y un día nadie reinará

y un día nadie llorará

los ríos arrugarán firmes cadenas

sin sueños ni memorias.


Y un día nadie.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Punto G


Punto G era un bar, pero no era un bar cualquiera. Durante los años setenta se reunieron allí grupos de jóvenes post adolescentes o en los últimos años de la adolescencia, con ciertas ínfulas intelectuales. Las conversaciones del lugar tenían mucho de literario. Estaban los fans de la poesía de Machado, Miguel Hernández, García Lorca o Rafael Alberti que competían con los de Garcilaso, Lope de Vega y Quevedo. A la muerte del general, aquellas únicas disensiones políticas que Gonzalo, el dueño del local, permitía, cambiaron de personajes. A finales de los setenta las estrellas eran Pablo Neruda o Gil de Biedma, pero esta vez se enfrentaban a rivales mucho menos accesibles como James Joyce, que no era realmente un poeta, y Rimbaud y Baudelaire cuya obra era enteramente en francés y, seguramente, sus defensores apenas dominaban el “café au lait”.

Un día Gonzalo me dijo que tendría que traspasar el bar porque ya no disfrutaba como antes de su trabajo.

--Te haces viejo –le dije--.

--¡Qué leches “viejo”! –Me dijo mientras señalaba a uno de los numerosos grupos que llenaban el local--. Son ellos quienes son demasiado jóvenes.

El local estaba más lleno de lo que había estado nunca. Las consumiciones eran importantes. Aunque seguía existiendo aquel muchacho que pasaba la tarde con un par de cafés o una simple cervecita, la mayoría acumulaba varias botellas de refresco en la mesa y también había platos de tapas por doquier. El negocio no marchaba mal. Aunque las conversaciones eran realmente primarias. La mayoría se empeñaba en atacar o defender con vehemencia obras que no leerían jamás. Por si eso no fuese suficiente, los más jóvenes hablaban de música o fútbol como si tal cosa.

--No dejé la facultad de medicina para esto –apuntó con amargura --. ¿Y sabes lo peor?

Hizo una pausa para que yo le animara a seguir con la mirada.

--Ya nadie me pregunta que quiere decir “punto G”.

--El punto de Gonzalo –dije inocentemente y él se rió con ganas--.

--Chavales como tú son los que me animáis a aguantar un poco más.

--Bueno, la semana que viene empieza el concurso literario anual.

Desde detrás de la barra, me miró con amargura. Entonces me explicó que posiblemente sería el último. La librería Bequer cerraría aquel mes y nadie pondría un duro para los premios. No tuve que darle muchas vueltas para tener una idea. Eso sí, antes de notificársela preferí darle un par de tragos a mi cerveza “Skol”. A pesar de la amistad, Gonzalo aún me impresionaba demasiado como para decirle tonterías.

--Y si reduces la cuantía de los premios y haces pagar una cuota de inscripción –como su expresión facial indicaba que se lo estaba pensando, aún apunté--. De este modo podrían hacerse dos concursos al año: Navidad y el día del libro.

--Pero… ¿cómo van a poder pagar las inscripciones?

--Míralos, Gonzalo. La mayoría ya no vienen aquí a pasar la tarde con un cafelito, ahora consumen de verdad. Tienen pasta. Y si alguno no la tiene y vale la pena lo que escribe, tú mismo le podrías pagar la inscripción.

A ese cierre me lanzó una mirada fulminante con las cejas bajadas, sin embargo, enseguida las desplegó para brindarme una cálida sonrisa de aceptación.

--Por cierto… ¿qué es el punto “G”?

domingo, 31 de octubre de 2010

A Sánchez Dragó le han pillado, pero...


Parece ser que el polémico pasaje del libro de Sánchez Dragó y Albert Boadella, ya lo publicó el primero en otro de sus libros hace trece años. Dado que nadie se percató, sólo existe una conclusión: los que compran los libros de este autor no son capaces de leerlos. Debo reconocer que yo soy uno de ellos. Compré uno de esos libros hace años y no logré pasar de la página 40. Entonces pensé que el problema era mío, pero ahora me doy cuenta de que no es así (justo al revés que el autor) y empiezo a darme cuenta de por qué el mundo editorial está en crisis. Sin duda las editoriales se gastan demasiado dinero en autores que no lee nadie, pero son mediáticos. Ahora entiendo porque se han vendido tantos libros sobre vidas como la de Belén Esteban. La cruel realidad es que si publicaran libros con tapas bonitas y nombres de personajes mediáticos, pero las páginas en blanco, se venderían igual.

Son muchos los truños ilegibles o manipuladores que circulan por los escaparates y estantes de la librerías y, mientras tanto, autores que podrían ser interesantes, pierden la vida llamando a las puertas de editorial en editorial, recolectando su cosecha de “NOs”.

Lo triste del caso es que ha tenido que ser una cita que demuestra el bajo talante moral de un individuo que presume de lo contrario. Sánchez Dragó ni siquiera era consciente de que su expresión constituía pederastia. Encima, cuando ha intentado arreglarlo aún ha quedado peor ¿Y eso no pudo decírselo Albert Boadella? ¿O es que el excatalán también ha perdido la brújula de la moral?

Afortunadamente un hilo de esperanza se abre en las mentes de este país. Creímos que, como había ocurrido con pasadas diatribas franquistas, el apoyo de la inefable presidenta de la comunidad de Madrid, echaría tierra al asunto, pero las redes de librerías se han comportado. Con muy pocas excepciones, la mayoría de libreros han devuelto todos los ejemplares de esta obra a la editorial. Incluso Viajes Barceló ha retirado su oferta de viaje al Japón de Sánchez Dragó y ha devuelto el dinero a sus clientes. Parece que la lucha contra la pederastia funciona.

Ahora que ha pasado todo esto me vienen un par dudas… ¿Cuántos pasajes reprobables en libros de autores mediáticos habrán pasado desapercibidos? ¿Cuántos de esos libros que se venden son realmente leídos?

martes, 26 de octubre de 2010

Arturo Pérez-Reverte... y otra vez su afán de protagonismo.


Arturo Pérez-Reverte es un escritor de éxito. Sus libros acostumbran a ser muy interesantes, en cambio sus comentarios en la vida real tienen una cierta tendencia a ser algo chabacanos y ofensivos ¿Se le habrá subido el éxito a la cabeza?

Sí, seguramente debe ser eso. El autor, como ya le ocurriera a otros, ha contraído una extraña enfermedad por la que necesita hacerse ver. Como ya le sucedió a Paco Umbral, Camilo José Cela o el recientemente premiado Goytisolo, ha optado por llamar la atención siendo desagradable. Sin embargo hay en su actitud una pequeña diferencia: la cultura. Mientras sus antecedentes mostraban su mala educación con un perfecto dominio de la lengua, don Arturo la ha cagado. Y es que en sus andanadas contra el cesado ministro ha cometido un error que demuestra no estar a la altura de sus predecesores.

"Por cierto, que no se me olvide. Vi llorar a Moratinos. Ni para irse tuvo huevos".

Si el “gran escritor” hubiese tenido cultura suficiente como para no escribir de diccionario, hubiera escrito “güebos” y no huevos. Pero qué se puede esperar de un escritor artificial. Ni por un momento pensó en la razón por la que cada vez que se usa esta palabra en modo despectivo suena “güebos” y no “uebos”. El origen de esto no es la mera vulgaridad, cualidad de la que ya demostró estar bien servido, sino un arcaísmo que ya no recoge el diccionario de la RAE (aunque lo recogió hace algunos años). Al parecer la expresión “por güebos” era usada en el siglo XV como fórmula oficial para decir “por necesidad”. En los siglos XVI y XVII (que él debería conocer mejor dadas sus obras referentes a esa época) se deformó ese término hacia la valentía y no fue hasta el siglo XX, debido a la censura del franquismo, que se llevó a confusión con los elementos que distinguen a los animales ovovivíparos. De ahí a relacionarlos con las bolsas gonádicas de los machos humanos, sólo había un paso. De todas formas, nadie que haga esa referencia de forma oral, y en especial en una metáfora referente al valor, lo pronuncia como “huevos”.

Creo señor Arturo Pérez-Reverte, que su afán de protagonismo le ha llevado a demostrar que su mala educación no está suficientemente compensada con su deficiente cultura. A ver si después de todo va a ser usted “un perfecto mierda”.

Es triste que después de tan tremenda patochada aún se sienta orgulloso de verse comparado con Chuk Norris y otros frikis de la red. Si llego a saber que era usted tan borde hubiera leído sus libros su madre. Porque hasta ahora yo pensaba que usted escribía bien, pero puedo pasar sin su pluma (y las correcciones de su Microsoft Word). Después de todo tenemos la fortuna de que, en nuestro país, vamos sobrados de buenos escritores, y para voceras ya tenemos a profesionales como Belén Esteban.

Supongo que al autor le encantará esta imagen que no tengo ni idea de su origen, pero que, a falta de una versión haciendo de Chuk Norris o Belén Esteban, está muy acorde con sus actitudes en twiter.

sábado, 9 de octubre de 2010

El círculo


Después de muchos años insistiendo, unos sobre que aquella podía ser la única solución y otros el fin del mundo, hoy parecía claro que ambos habían tenido razón: el fin del mundo había sido la única solución.

Originalmente las bombas de olvido apenas habían provocado daños materiales ni personales, pero conforme se había ido extendiendo su contenido por todo el planeta, se había empezado a liberar la verdadera esencia de la humanidad.

Vimos como unos humanos armados de cruces se enfrentaron a otros con medias lunas y, a estos, frente a otros con estrellas. Todos ellos hace mucho que se mataron entre sí.

Después alguien descubrió algo apetecible y le plantó una bandera que encontró. No dejaba que nadie se acercarse y aquello fue suficiente para que todo el mundo lo quisiera. Pero defendió su posesión con todo lo que tuvo a su alcance. Su final fue una orgía de sangre donde pocos quedaron para descubrir la inútil base de aquella bandera.

Aún más tarde llegaron las ratas, pero también hace tanto que no recuerdo qué fue de ellas. Pero sí me acuerdo del silencio. Porque al final todo fue silencio y soledad hasta que llegaste tú.

--No recuerdo nada, pero sé que no quiero estar sola.

--¿Cómo te llamas?

--No lo sé.

--Te llamaré “Tú”

--Llámame como quieras mientras lo hagas cada mañana durante el resto de nuestros días.

Frente a ambos se extendía una tierra rica y llena de sorpresas. Hasta que un día, Tú descubrió un libro y también que era capaz de leerlo. En una de las páginas leyó como un hombre llamado Isaac Newton vio caer una manzana y de ello dedujo la teoría de gravitación universal. Entonces le dio un mordisco a aquellas páginas y salió corriendo para compartir aquel manjar con su compañero.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Incivismo, vandalismo y políticos varios


Estoy un poco cansado de la gente, en general, de este país. No es concretamente el incivismo, el vandalismo o el alelamiento, sino el morro que tienen.

Me explico. Cuando pillas a alguien con las manos en la masa, dejando defecar a su chucho impunemente en la acera e intentando darse el piro sin recogerlo, envistiendo con la bicicleta a los transeúntes o simplemente tirando un papel al suelo, la respuesta siempre es la misma: insultar, vilipendia, amenazar e incluso, en algún que otro caso, intentar agredir al ciudadano que está advirtiéndole de su falta. Y no vaya a creer que el ciudadano que hace de Pepe Grillo tiene que ser necesariamente agresivo en su protesta. Puede llamarse al orden con toda la cortesía y delicadeza que uno pueda llegarse a imaginar que el infractor responderá mayoritariamente haciendo una defensa numantina de su inapropiada causa. Y lo que es peor, en un porcentaje tristemente alto, no tendrá tanta delicadeza con la persona que pretende llamarle al orden.

Créanme si les digo que esto no es cuestión de edades, no hay diferencias en ese punto. Claro que en los últimos años la cosa ha podido empeorar con los ejemplos televisivos que nos reinan.

Cuando veo en los noticiarios los informes sobre actuaciones policiales en supuestos casos de corrupción, creo que los acusados saldrán rápidamente a intentar demostrar su inocencia… ¡iluso!

Cuando se levanta la liebre sobre un más que presunto caso de corrupción, lo primero que hacen esos políticos es tender una cortina de humo. Estoy harto de ver a la Cospedal lanzando sus andanadas contra el gobierno, la prensa y la madre que los parió a todos, pretendiendo que una investigación de posible robo a toda la ciudadanía pase como una persecución política… precisamente ellos. Estoy harto de ver como abusan de artimañas de película para cargarse pruebas más que lícitas (aún a costa de que luego puedan aprovechar sus tretas otros delincuentes comunes y terroristas). Tretas que implican a grupos de probada ideología antidemocrática, jueces y fiscales sospechosos, y eliminación de funcionarios que no les son afines con un dominio de poderes no vistos desde tiempos de Al Capone. Por supuesto, todo esto lo hacen bien a la vista y cabrea, pero aún enfurece más ver cómo queda como algo legal gracias al potencial de todo este aparato antidemocrático.

Así vemos como políticos de dudosa honradez como quedan libres y siguen manejando el dinero de todos los españoles con total impunidad.

Eso es incivismo, eso es vandalismo. Después podemos ver como un joven encapuchado revienta el cristal de una tienda aprovechando la manifestación que circula a dos metros de él, pero debajo de la capucha, además de ese individuo están todos los políticos corruptos, los jueces, fiscales, abogados, inspectores de hacienda, etcétera, que han hecho la vista gorda, la señora que abandona los regalitos de su perro, al ciclista que hace eslalon por las aceras, el motorista que arranca cuando empieza a parpadear el verde de los peatones, los padres que pasan un semáforo en rojo con sus hijos, el tipejo que fuma en el ascensor, el imbécil que llena de adhesivos de cerrajeros las persianas de la calle, la puerca que deja caer mondas de patata al patio de luces, el borrachín del sábado que se mea en la esquina, el chorras que no sabe ni hablar dos palabras sin decir un taco y le saca la correa a su chucho criminal en medio del parque infantil, el psudoperiodista de turno que aprovecha telefacha para lanzar sus mensajes llenos de rencor visceral y medias verdades asfixiantes…

Cuando el vándalo se quita la máscara todos quieren acusarle con el dedo, pero es que aquí las piedras no las lanzan los inocentes, sino aquellos que tienen más fuerzas. Y al lanzarla piensan: “una piedra menos”.

Imágenes tomadas de www.elpais.es

domingo, 3 de octubre de 2010

Wilt

El escritor Alfredo Conde dice que “escribir es robar vida a la muerte”, pero yo opino que sólo es intentarlo. Para lograr esa hazaña debemos conseguir que alguien sienta placer al leernos. Ya estoy un poco cansado de esos grandes escritores que sólo escriben para sí mismos. Harto de la grandilocuencia, del intimismo superlativo, de la prosa poética en espiral que gira y gira en abusivos circunloquios hasta la nausea obligada.

En resumen, estoy hastiado de grandes libros que no me dicen nada. Antes, por lo menos podía refugiarme en un insulso best seller, ahora ni eso. La novela ñoña de amor, el libro de historia inventada, las “cachuli story’s”, las copias de las copias y las historias de vampiros casposos, llenan los estantes de las librerías de obras que, antes de alcanzar la página cien ya has deseado romper sus páginas para usarlas como papel higiénico. Pero tampoco sirve, sus relatos están tan rígidos que desgarran hasta la más recóndita de las hemorroides.

Por eso en las últimas semanas he preferido rebuscar entre los libros que compré hace tiempo y me olvide de leer. Y es ahí donde encontré dos joyas únicas par el disfrute: “Wilt” y “Las tribulaciones de Wilt” de Tom Sharpe. Posiblemente no constituyan obras maestras de la literatura, pero, sin lugar a dudas, son dos obras escritas pensando únicamente en el disfrute de los lectores. Todos los tonos del humor se arremolinan en sus páginas, recordando, en los instantes más surrealistas, los programas televisivos de los también británicos (o tal vez debiera decir ingleses) Monthy Pyton.

Si alguien desea seguir mis pasos quisiera hacerle una advertencia. Tengan cuidado al leer estas obras delante de terceras personas, pues es posible que lleguen a tomarles por locos. Sobre todo si no son capaces de aguantarse la risa en algunos de los hilarantes pasajes de la obra. Como en mi imagen ya estaba bastante dañada con anterioridad, esta circunstancia no supuso ningún problema, pero tal vez ustedes si tengan una reputación que mantener. En tal caso procuren ser prudentes con su lectura.

Entrando en la temática de los libros, tienen tres grandes protagonistas. El principal es Henry Wilt un flemático individuo lleno de extrañas fantasías, entre treinta y cuarenta años y que yo imagino como una extraña mezcla entre Larry Niven y Rex Harrison. Las aptitudes verbales, tanto como las actitudes, de Henry Wilt para explicar sus acciones y sus situaciones son la clave de las historias. Henry es una extensión del propio autor ya que en ocasiones es una extensión del m ismo lenguaje.

El segundo personaje es Eva, la esposa de Henry, y como dice en más de una ocasión su propio marido es una fuerza de la naturaleza. El personaje cambia bastante de un libro a otro, pero en ambos casos la ecuación Eva más Herry igual al caos más desmadrado que se pueda imaginar. Tom Sharpe, a pesar de lo raros que son ambos, logra hacer identificarse al lector con los dos. En unos momentos logra que te veas como Henry y en otros como Eva. Aunque Eva y Henry son, seguramente, únicos.

Por último tenemos al comisario Flint. El policía es el que termina por sublimar todos los desastres. Hay más personajes que representan ese papel en momentos determinados, pero Flint es la verdadera antítesis de Henry y sus actitudes tan rígidas provocan algunas de las situaciones donde es más difícil evitar las carcajadas en voz alta.

Como no puede ser de otra manera recomiendo ambos libros, aunque sé que no podréis alargar la lectura de ambos más allá de una semana.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿Dónde está el punto de inflexión? Yo secundo la huelga.

Desde hace bastantes años vengo poniendo en duda todas las acciones de los sindicatos y su capacidad para representar a los trabajadores. Esa era la razón principal que me hacía dudar sobre el apoyo a esta jornada de huelga. Otra de las razones era el beneficio que podía obtener de ella el partido fascista y en general todos los neoliberales (responsables reales de esta crisis). Sin embargo, me he dado cuenta de que, esta mal llamada reforma laboral (sería más correcto llamarle desastre nacional), va a acabar con el poco empleo “justo” que queda.

Siempre he insistido en afirmar que el paro es un mal endémico de nuestro país, sin embargo, las medidas de protección de empleo salvaban algunos de puestos laborales decentes de crisis en crisis. Cosa que en último término servía de ejemplo para recuperar parte de ese tipo de puestos en los momentos de bonanza (cuando las empresas se benefician sin pensar en las personas de quien se han aprovechado).

Nuestro país, es cierto, necesita abaratar el empleo, pero el bloque neoliberal (PP, CiU, PNV y alguno más) prefiere forzar el abaratamiento del despido. Si el empleo es caro y el desempleo barato… ¿cuál es la conclusión?

Por si no fuese bastante se penalizan las bajas por enfermedad convirtiéndolas en razón de despido y, al tiempo, se sube la edad de jubilación a los 67… ¿quién va a poder llegar empleado a esa edad?

No es un reforma laboral, es un pacto para que empresarios como el inmoral presidente de la Patronal española, puedan deshacerse impunemente de las personas que han generado su riqueza. Es una ley para quitar las últimas responsabilidades a los causantes de la crisis.

No hace falta ser muy listo, pues, para darse cuenta de que esta “reforma”, lejos de mejorar el problema del paro, lo va a agravar. Pero es que además también va a bajar la productividad real del país pues, en primer lugar cunde el desanimo entre los trabajadores y, además, para reducir costos, los trabajadores que ejercerán a partir de ahora no van a ser los más cualificados.

Hasta hace unos meses España, a pesar de la enorme cantidad de bajas laborales que según la patronal sufría, era el país con mayor productividad por dinero invertido en trabajadores. Cierto que era de los últimos por hora trabajada, pero es que nuestros salarios son de miseria comparados con los precios que nos rodean. También es cierto que los españoles son los empleados menos dispuestos a desplazarse para ocupar un empleo, sin embargo ya demostramos que eso, lejos de ser en realidad un problema, era una riqueza económica que evitaba una situación mucho más desastrosa.

Está claro que no se pueden tomar medidas sin tener en cuenta las características del país, pero mucho menos perjudicando a los más necesitados, quitándoles sus últimas esperanzas y apoyando a aquellos, que en último término, son los responsables de nuestros actuales problemas.

Por todo esto y mucho más, yo secundo esta jornada de huelga.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Muere José Antonio Labordeta

Hoy hemos amanecido con la noticia de la desaparición de José Antonio Labordeta. Frente a la perdida de una persona como esta no tiene sentido referirnos a los detalles obituarios cuando nos ha dejado, a lo largo de su vida, una mochila tan plena.

Labordeta fue catedrático, político, cantautor, escritor, poeta, periodista, presentador de televisión, guionista, editor… pero ante todo fue un apasionado ser humano.

Hace mucho que oí hablar de él como cantautor y fue algo más tarde cuando compartimos, en televisión, sus viajes con “un país en la mochila”, pero fue su etapa política, ya como miembro de la Chunta Aragonesista (CHA), cuando conocimos su faceta más humana. Entre 2000 y 2008 todos estábamos pendientes de sus palabras en la cámara. El era una de las pocas voces elegantes y sinceras que sonaban en el hemiciclo y, aunque en ocasiones no compartía totalmente el sentido de sus palabras, no pude evitar sentir una profunda admiración por la persona que era.

Y como hombre se indignaba. Dicen hoy en los medios, los que le conocieron personalmente, que era un maestro en este arte, donde gruñía con ácido sentido del humor. Yo me quedo con la imagen de furia en la cámara de diputados, cuando mandó a la mierda a esa jauría de hienas en que se ha convertido el PP de los últimos años, tras machacar sus palabras continuamente con sus risas. Fue un instante de ira y de impotencia que dramatizaba el mal momento político de esta España, donde él mismo era una de las pocas excepciones.

Acaban de dar la noticia y ya lo añoramos… realmente lo añoramos desde que en 2008 se retiró como diputado.

Descanse en paz José Antonio Labordeta. Ha muerto un hombre.

Imagen tomada de la wikipedia

sábado, 11 de septiembre de 2010

Blog's olvidados

Muchos amigos han empezado a dejar abandonados sus blog’s. Cuando entro en ellos tengo la sensación de llegar a una ciudad fantasma de un western antiguo. Espero ver circular por la pantalla uno de aquellos arbustos esféricos que se dejan arrastrar por el viento y soplo buscándolo entre sus últimas palabras.

El ejercicio de escribir nunca está compensado por la crítica de desconocidos. Estos, si llegan, no acostumbran a dejar sus opiniones, salvo cuando se sienten ofendidos. En cambio recibimos a otros que sin leer nuestros relatos, dejan una nota impersonal esperando que les devolvamos la visita y llenemos su propio vacio.

Un blog, como un diario o como esa libreta que llevas a todas partes para ejercitar tus pocas dotes narrativas, también puede ser un ejercicio de soledad. Que la voz resulte más o menos literaria depende de las ganas. Y que el lugar no sea una sombra en el atardecer del desierto, también.

Este blog tiene poca relevancia, pero tampoco la busco, porque eso me da mayor libertad para escribir lo que quiera, de experimentar, de aburrir si toca… Para mezclarme con la masa y hacer un blog de éxito hay otras fórmulas que para este rincón no parecen pertinentes. Por eso tengo otros blog’s que no son como este.

Amo los blog’s y seguiré visitando a mis amigos, en silencio (o no), entre las sombras, aunque el desierto quiera cubrirlas de polvo. Porque hoy pueden no tener ganas de escribir, o no tengan tiempo, pero, tal vez, un día cercano nos regalarán con uno de esos relatos. Ya lo hicieron otras veces antes, porque iríamos a desistir. Porque tendríamos que perder la esperanza en el reencuentro con unas nuevas palabras.

Los blog’s personales nacen, crecen y transmutan con los cambios en las personas… no dejemos que mueran porque, como aseveraba el resultado de la encuesta que hice hace un par de años, son la literatura del siglo XXI.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Esta noche... dice la radio.


“Esta noche -dice la radio-
apareció muerto de hambre y frío
un desconocido”.
“El suceso es investigado
por la policía con empeño”.
“Su documentación nada decía
y nada explicaba,
ni qué hacía allí,
ni qué pintaba,
sólo… que se llamaba…
no importa;
y sus apellidos…
da igual”.
“Su carnet apareció deteriorado
y no se puede leer su número,
y así, no se llega a ninguna parte”.
“Dicen sus datos haber nacido
en algún lugar
provincia de alguna parte…
no importa cual, el día
treinta de febrero…
algo está mal
y así no hay forma
de investigar”.
“Es hijo de la vergüenza
y del escarnio”
-y murió en esta ciudad
cuando contaba con ciertos años-.
“Estado civil: …no tiene importancia“.
“Profesión: …era un sinvergüenza”.
“Domicilio: …murió en la calle”.
“Su documento fue expedido
en algún lugar de esta provincia,
mañana hará once años”.
“Grupo sanguíneo: …”
-debía tener la sangre de horchata
para dejarse morir de esa manera-.
“Grupo sanguíneo…
sí lo pone, pero no importa
porque el sujeto es un fiambre
y su carnet esta caducado”

Ore el que crea
Por el desaparecido.
Por el desconocido
ore el que crea.

lunes, 26 de julio de 2010

Vida

La vida es algo que no se puede explicar con unas notas musicales y unas fotografías viejas. Más bien en una extraña película que se proyecta en el corazón y se lee con la mente distraída. Una película que va cambiando de sala en sala y, aunque siempre es igual, nunca es la misma. La vida es una verdad y una mentira que se dicen con las mismas palabras. Llantos y risas entremezclados en un reloj de arena cuyos granos se escapan, a través del cristal, cada vez que una lágrima ocupa su sitio.

La vida es la vida. C’est la vie que dicen los franceses. Mientras unas vidas acaban, otras empiezan. Sin mayor o menor importancia. Todo es más importante para quien lo vive y lo experimenta, que para quien lo escucha con palabras, con imágenes, con música. Sin esa dimensión especial del sentimiento que impone el instante.

Hoy salió el sol. Hoy hubo un ocaso. Y se hizo de noche… hasta que el nuevo día me sorprendió dormido, o despierto en un sueño.

No. Yo no creo que la vida sea un sueño, porque duele como la vida. La vida ríe como la infancia, y se enamora como un adolescente… y sueña. Y aunque soñar también es la vida, la vida no es un sueño, aunque, como ellos, dicen que se acaba.

Dije adiós a familiares y amigos que nunca regresaron, salvo en sueños. Dije adiós a imágenes en la televisión que, una y otra vez se repitieron con las mismas sonrisas electrónicas, voces en conserva y palabras repetidas. Ya nunca serán otra cosa que la impronta de archivos que dejaron de su memoria. Seguramente no fueron totalmente así, como ahora los recordamos, pero eso es lo que quedó al morir. Esos son los esqueletos de sus idearios y como los huesos se consumirán podridos entre la ideas de otros que prueban a interpretar, a su manera, las palabras abandonadas en esta tierra.

Vivir, morir, tal vez soñar… y entre tanto reír, llorar, amar e incluso odiar, hasta que el último instante deje de nosotros sólo una película en corazones ajenos que ojalá deje un buen sabor de boca.

Guardadme un sitito en vuestras mejores pantallas.

martes, 13 de julio de 2010

El sentimiento de un pueblo.

Villarriba y Villabajo se han unido en un solo pueblo, Villaenmedio, para poder usar el mismo detergente mágico (en inglés, claro). Parece que todo es muy idílico porque han encontrado una paellera lo bastante grande para todos. Pero, mira tú por dónde, que a una de las zonas más importantes de Villarriba, la que más dinero aporta a las fiestas, nunca le gusto la paella. Ellos siempre comían pizza, pero ahora, con unas paellas tan descomunales, no les queda sitio para sus tradicionales pizzas. Ellos habían pedido que, aunque se aumentara la paellera, se les dejara un huequecito para su pizza. Sin embargo, “el tribunal de tradiciones para la unión de las villas” (órgano supremo de la nueva población), ha determinado que comer pizza en las fiestas de Villaenmedio atenta contra la unidad de la nueva “Villa”. Además, los pizzeros no usan el detergente estipulado y eso es inconstitucional.

Parece ser que al presidente de los pizzeros, como a muchos otros, el arroz le provoca arcadas, por esa razón, un grupo de “constitucionalistas” de Villabajo ha realizado un video con un discurso de Adolf Hitler poniéndole la cara del pizzero mayor y la reparten por toda Villaenmedio como jocoso argumento del extremismo de “ese grupo anticonstitucional”.

Finalmente, como era de esperar, se radicalizan las posiciones y muchos ciudadanos de Villarriba piden la escisión de Villapizza de Villaenmedio.

Va a ser muy difícil conseguir la independencia, pero siempre puede ocurrir que aparezca una nueva marca de detergentes capaz de dejar como una patena los utensilios de elaborar pizzas… ¿Qué será entonces de la paella?

Ayer Villabajo y Villarriba eran pobres pero felices. Mañana Villaenmedio y Villapizza puede que también lo sean. Pero está claro que hoy no hay felicidad en Villaenmedio porque los que cortan o reparten el bacalao (o la paella en este caso) son intolerantes e inflexibles con las diferencias.

“Imagen sacada de http://descargasargentina.com para que nadie se ofenda”.


sábado, 10 de julio de 2010

¿Qué es la verdad?

Para algunas personas la verdad es un ente absoluto e invariable que ante la duda siempre les favorece. Hay personas convencidas de que la verdad siempre aparece escrita en letras de oro en un libro sagrado. Para otros la verdad es aquella que se escribe con la propia sangre. Pero en verdad, la verdad... no existe. La verdad es esquiva y, si existe, es relativa. Lo verdadero y lo falso, salvo en matemáticas, depende del color del cristal por el que se mira. Y en ocasiones, en matemáticas, también.

Tan dudosa es la verdad que, si viviéramos un terremoto y se cayera todo a nuestro alrededor hasta que una piedra nos acertara en el dedo gordo del pie, la única verdad de la que podríamos estar seguros en todo ello, sería el dolor que sentiríamos en ese dedo. Y sería nuestra verdad, porque las personas a nuestro alrededor tendrían sus propias verdades particulares. Y especialmente para el individuo que, en el exterior, a derribado parte de la casa con su grúa, haciéndonos creer que estábamos en medio de un terremoto.

Hay situaciones en que la verdad aún es más esquiva. Bajo los efectos de estupefacientes, alcohol, creencias místicas, euforias colectivas futboleras o de manifestaciones políticas... y todas esas otras situaciones donde nuestra percepción queda alterada química o emocionalmente.

La verdad absoluta no existe. Aún recuerdo cuando un profesor de matemáticas me demostró que uno más uno no era dos, sino que tendía a dos. Desde ese momento puse toda la verdad bajo la lupa y llegué a la conclusión de que únicamente podía aceptar como absolutas las sensaciones internas propias y, únicamente como tautologías: siento dolor, luego siento dolor. Ni tan siquiera pude aceptar como cierto el "pienso, luego existo", ya que previamente tenía que definir que era pensar y que era existir y me perdía en las relatividades del lenguaje.

Aún recuerdo cuando felicité a cierto individuo porque había logrado que publicaran en la web de Falange Española un escrito suyo con el título ‘Lo reconozco, soy fascista". Seguramente el individuo creyó que todos sus alegatos religiosos y nacionalistas castellanos, eran en realidad un ejemplo de liberalidad. Creyó que sus ataques airados eran muestras de lucidez. Sus ataques brutales a lo que no le parecía correcto bajo sus "verdades absolutas" eran moderados y tolerantes. Por todo eso le sorprendió que Falange acogiera en su seno sus palabras... "mesuradas". La respuesta a todo aquello fue la de insultar, vilipendiar y llamar mentirosos a los que le mostraban la cruda realidad (matar al mensajero). Ni por un momento pensó en acusar a los que habían tomado sus palabras a crédito. Si hubiese sido consecuente con sus ideales, se hubiese sentido orgulloso de que falange tomara sus palabras a crédito, después de todo, tenían los mismos ideales. Falange también cree que es muy liberal, tolerante y evolucionada (no en vano algunas ideas del falangismo fueron tomadas del mismísimo Marx, aunque eso jamás lo aceptarán).

Este individuo, después de este suceso, que a otro le hubiesen hecho replantearse su forma de manifestarse, aún actuó con más encono y, lejos de abandonar sus posturas hirientes, inició una campaña de ensañamiento contra los que se habían reído de su absolutismo cerrado.

Yo también he sufrido robo de artículos que han sido expuestos en lugares incómodos, pero jamás se me ocurriría cargar con los que hicieron el descubrimiento (por mucho cachondeo que se llevaran con ello). De hecho aún oigo risas por un par de ellos, pero mi acción ha sido la de actuar contra el que lo ha tomado sin permiso (bueno, a alguno le tuve que llamar al orden, pero ese era más un tema de medicación que de ideologías, y ahora ya se la toma... lo juro). En el descargo del individuo hay que decir que todos estabamos convencidos de que fue el mismo quien permitió a Falange publicar ese artículo en su web. Después de todo ya escribe para la red "Periodista Digital" y sólo un tonto no sabe lo que eso significa... Sí... seguro que piensan que aún creo que él mismo lo publicó en Falange. Pues están en lo cierto, pero él dice que no y, a pesar de su personalidad, tendremos que aceptar su palabra.

Como dije yo también he sufrido incomodas adopciones de textos que podrían hacer parecer que apoyaba cosas que no estaban en mi pensamiento ni remotamente. Pero desde entonces he tenido mucho cuidado con las verdades absolutas, y he descubierto que al margen de las verdades y las mentiras existen las cosas que duelen. Y tengo claro que a mí no me duele lo mismo que a ti. Como va a comprender un madrileño lo que significa la actual sentencia del TC, como voy yo a comprender que siente un vasco respecto al eusquera, o los andaluces respecto al flamenco, los asturianos sobre Covadonga... Hay verdades que no pueden ser absolutas, porque un punto de vista exterior las hace irreales, pero en el lugar donde se viven son verdades que duelen. Hay temas límite, como el aborto, la pena de muerte, la lengua, la autodeterminación, el franquismo... temas en que toda verdad absoluta es aún más absurda que los demás. Sin embargo, siempre hay grupos que se meten en los calzoncillos ajenos sin saber que queda delante y que queda detrás.

Albert Boadella dice que se fue harto de Catalunya porque nuestros políticos hacían precisamente eso, pero ahora va y se vende por treinta monedas a los que hacen lo mismo desde fuera, lo que aún es más grave. Ha saltado del mini-absolutismo local al mega-absolutismo exterior. Sin duda acepta aquella máxima de que la mayoría tiene razón, después de todo cien mil millones de moscas no pueden equivocarse: la mierda es buena.

sábado, 26 de junio de 2010

ADAPTACIÓN DE UN CURSO PARA EMPEZAR ESCRIBIR

ADAPTACIÓN DE UN CURSO PARA EMPEZAR ESCRIBIR

Breves notas de teoría y ejercicios de literatura básica. Se ha utilizado como guía el curso de Martikka en Taller literario La magia de la escritura (puede verse que este no es un curso de verdad a diferencia del original, pero puede ser útil si queremos comprobar si somos capaces de seguir un curso de esta índole).



0. Haz una presentación de quién y cómo eres tú.


1. Crear el menú de un restaurante fantástico, puede ser de una civilización desconocida, en otra dimensión o, tal vez, un planeta desconocido. Tú creas las circunstancias y el menú.

1a. Haz una descripción de ese lugar fantástico.

1b. Haz una descripción del restaurante.

(Si eres un usuario habitual de programas de maquetación puedes darle formato al menú para que parezca más profesional).


2. Busca una descripción que te guste de cualquier libro que hayas leído.

2a. Haz una descripción imitando a la transcrita de algo suficientemente diferente.


3. Explica "el vacío". Toma el tiempo y el espacio que te hagan falta.


4. Explica "el aburrimiento". Intenta transmitir esa sensación, pero sin aburrir al que lo lee.


5. Ponte con un papel en blanco y un cronómetro a tiempo definido y durante el tiempo establecido escribe todas las ideas que se te ocurran. Si sois varios los que seguís este minicurso, podéis seguir las técnicas de brainstorming.

5a. Una vez acabado el tiempo da una explicación a cada una de esas ideas.

5b. Intenta coger algunas de esas ideas o sus explicaciones e intenta hacer con ellas un relato corto.


6. El héroe: Escribe una narración (máximo 1 página) con la siguiente estructura:

6a. Describe un héroe, haciendo énfasis en sus habilidades.

6b. Haz que tome una decisión

6c. Ahora escribe cómo soluciona los problemas que esto le acarrea.

(Punto tomado directamente del blog citado al principio).


7. Emociones: Crea climas emocionales, sin hacer un relato completo, sólo ambientando una emoción. Hazlo entre 3 y 5 líneas:

7a. Miedo.

7b. Alegría.

7c. Tristeza.

7d. Dos situaciones más que se te ocurran.


8. Cuanta una situación en pocas líneas, primero en primera persona, luego en tercera persona y, finalmente, intenta hacerlo en segunda persona (es posible, según el texto, que para hacerlo en segunda persona debas hacer cambios sustanciales al texto, considéralo un reto).


9. Haz una lista de las mejoras que se le pueden aplicar al cuerpo humano y escribe una historia futurista (no más de 15 líneas) en donde tus mejoras ya han sido adoptadas.


10. Advertencias de un escritor (Gabriel García Márquez):

-Una cosa es una historia larga, y otra, una historia alargada.

-El final de un reportaje hay que escribirlo cuando vas por la mitad.

-El autor recuerda más cómo termina un artículo que cómo empieza.

-Es más fácil atrapar un conejo que un lector.

- Hay que empezar con la voluntad de que aquello que escribimos va a ser lo mejor que se ha escrito nunca, porque luego siempre queda algo de esa voluntad.

-Cuando uno se aburre escribiendo el lector se aburre leyendo.

-No debemos obligar al lector a leer una frase de nuevo.

(Punto tomado directamente del blog citado al principio).


11. Decálogo para escribir microcuentos (fuente: escueladeescritores):

11.1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

11.2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

11.3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

11.4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

11.5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

11.6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

11.7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

11.8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

11.9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

11.10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.

(Punto tomado directamente del blog citado al principio. Este punto no contiene ningún ejercicio implícito, pero sugiere la creación de un microrrelato en base a este decálogo).


12. Si deseas escribir un cuento policial sigue este enlace: Cómo escribir un cuento policial, por G.K.Chesterton.


13. Entra en el supermercado recién abierto en la colonia del tercer planeta de la estrella Prímeron Cinco. Haz un relato de esa visita, tienes vía libre para realizar la compra, a ver que eres capaz de inventarte y cómo lo relatas. Tienes libertad en el tamaño del relato, pero intenta aplicar todo lo aprendido hasta ahora.


14. Lo más importante de escribir es leer... ¿Qué libro estás leyendo ahora? Cuenta en pocas líneas que te gusta y que no del libro que estás leyendo (si eres de los que tiene muchos libros avanzando a un tiempo, elige el que creas más importante, pero sólo uno).


15. Si tienes problemas para hallar un buen final a tus textos sigue este enlace: Los finales de historia.


16. ¿Recuerdas el relato que creaste en el ejercicio 5? Cógelo y rehazlo en base a todo lo que has aprendido. No te cortes cambiando todo si lo crees necesario.


17. Otro decálogo maravilloso. Decálogo del perfecto cuentista por Horacio Quiroga (1878-1937):

17.1. Cree en el maestro Poe, Maupassant, Kipling y Chejov como en Dios mismo.

17.2. Cree que tu arte es una cima inaccesible. No sueñes en dominarla. Cuando puedas hacerlo lo conseguirás, sin saberlo tú mismo.

17.3. Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que cualquier otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.

17.4. Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.

17.5. No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado las tres primeras líneas tienen casi la misma importancia que las tres últimas.

17.6. Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba un viento frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla.

17.7. No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.

17.8. Toma los personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta aunque no lo sea.

17.9. No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirlo tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.

17.10. No pienses en los amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento.

(Punto tomado directamente del blog citado al principio).


18. Imagina 3 finales diferentes para un cuento clásico. Sólo hay que resumir los finales en un máximo de 3 líneas, no escribirlos. Martikka nos remite a este buen relato como ejemplo: "Casa oscura".


19. ¿Recuerdas la presentación del ejercicio "0"? Hazla otra vez con lo aprendido. Si eres de los que va a coger el camino de Internet y los blog's, hazla también en un Power Point.


20. Abre un libro por una página al azar y marca con el dedo en un lugar también al azar. Copia la frase marcada y haz un relato breve que empiece con esa frase. Puedes realizar este ejercicio varias veces porque es una fórmula muy interesante de obtener ideas.


21. Elige una noticia de un periódico y desvaría sobre ella en un relato de humor.


22. Haz lo mismo que en ejercicio 20, pero con un diccionario eligiendo 7 palabras al azar y enlazándolas en un relato lo más breve posible.


23. Lee los siguientes enlaces: "el monólogo interior" y " Cómo se aprende a escribir, por Jorge Claudio Morhain".


24. Escucha 3 piezas musicales de estilos diferentes e intenta hacer sendos textos influenciados por las sensaciones experimentados por ellas. Para ello puedes escucharlas tantas veces como haga falta.


25. Último relato. En diez líneas explica lo que has aprendido y lo que aún crees que debes aprender.


Próximamente: "Curso abreviado para escribir adaptandose a las nuevas tecnologías e Internet".

jueves, 3 de junio de 2010

Elogio de la pedantería.


Hace cincuenta años los pedantes de paño fino parloteaban de Shakespeare, Lord Byron y Victor Hugo. Eran tiempos más castizos y no necesitábamos viajar allende nuestras literarias fronteras para hallar los paradigmas de escritura. Tiempos en que lo normal era escoger entre el Siglo de Oro o el Romanticismo, aunque siempre había algún perdonable revolucionario que desenterraba las dos “Generaciones”, que entre muertos y desterrados ya no eran contemporáneas del hoy que fue ayer. Pero llegaron los melenudos sesenta con un pañuelo en el cuello y, por hartura de puertas cerradas, los ojos juveniles de aspirantes a intelectuales pusieron sus ojos en nuevos gigantes extranjeros. Para ello aceptaron lecturas acríticas y observaciones de otras lenguas que apenas entendían.

Olvidados quedaron los Cervantes, Calderones, Quevedos y Góngoras, se tacharon de cursis a los Bequers y Esproncedas y mutilados Shakespeare, Byron y Hugo. Aquella generación, que se rió de Rosalía de Castro, subió a los altares a Rimbeau y James Joyce. Cantó las gracias ignotas de los nuevos ídolos de oro y sobre esa piedra construyó su iglesia.

La vulgar década de los ochenta pareció poner las cosas en su sitio. Más por la apertura de fronteras (y de miras) que por la ignorancia que muchos creen asociada a la vulgaridad. Nuestros ojos se bañaron de una nueva literatura que crecía en nombre en una pantalla. Crecimos y nos multiplicamos… como los melones en la huerta de tío Paco.

Abiertos los melones, los nuevos intelectuales se pasearon por los foros que les resultaban más ajenos hasta eclipsar las seiscientas veinticinco líneas.

¿Murió la pedante juventud? Antes llorarán las margaritas en el jardín de Moka. No murió, sólo se hizo vieja y arrugada. Y entre cada pliegue de esa piel se escondió la envidia, la injuria y la inquina… de donde años atrás hacia tersas caricias la esperanza.

¿Cómo voy a respetar esa horda de excelsos escritores si nunca soporté al autor de “el Aleph”? Porque fue Borges el que dio la pista de lo excelso de Joyce. Como masturbador de la Enciclopedia Británica, confundió sus guisos con los de los autores ingleses y que francés más inglés que Rimbeau que eligió Londres para vivir dos años de juvenil aventura homosexual, quince antes de que Jack el destripador aterrorizara sus calles. Y el irlandés más inglés que escribió sobre una Eire sin duendes y cervezas que perdieron su espuma para ser más hiel que alé.

Si he de ser así, por aquellas plumas bendecido para gozar de la intelectualidad, bienvenida sea mi vulgar pedantería. Pues quiero ser dueño de mis gafas más que felicitado por tener unas ideas tan sumamente compartidas.

domingo, 23 de mayo de 2010

"Recuerdos" en www.tusrelatos.com


Me dije, hace ya algún tiempo, que no volvería a entrar al trapo sobre los temas que duelen, pero me equivocaba más que la paloma de Alberti. Supongo que tengo más peligro que Manolo Lama en un centro de beneficencia.

Me gusta escribir y me gusta leer. Me gusta lo que me gusta, pero no he logrado ser un sabio porque me pueden las emociones. Nunca lograré ser un gran escritor porque la impaciencia me obliga a adelantarme y escribir el final una frase antes de acabar el primer párrafo. Me pierdo en la oleada de pensamientos impulsivos que me impide teclearlos todos antes de que se disuelvan en la nada y…

Leo lo escrito: Dije que no y va a ser que sí. Me gusta escribir y no sé.

Quienes me conocéis de tiempo atrás, tal vez me conocisteis en www.tusrelatos.com y allí, por desgracia, ya me hice famoso por mis trifulcas. Para los que no conozcan la página, era (es) un lugar donde cualquiera puede publicar un relato y esperar que otros lo lean y se lo comenten, generalmente para ayudarle a mejorar, en ocasiones para entablar amistad, demasiadas veces para hacer cadenas de “amiguitos” que forman grupos semicerrados y finalmente hay algunos que sólo buscan alimentar polémicas… ¿Normal, no? La cuestión es que puede que tuviera razón la mayoría de las veces, pero me perdía persiguiendo a fantasmas. Un troll busca a personas que, como yo, responden a sus provocaciones, haciendo polvo las páginas donde se meten.

Si primero fueron los trolls, después llegaron a la página otro tipo de monstruos: pinochetistas, captadores evangelistas, forofos de equipos de fútbol, partidistas, pancartistas, propagandistas católicos, psicópatas que alardeaban de una enfermedad mental para acosar a otros individuos, etcétera. Pero todos estos bichos tenían en común no respetar, con sus opiniones, la orientación de la página y, la mayoría, ser muy agresivos. No fui el único que los embestí creyendo que ayudaba a esa página, ni siquiera fui el primero, pero seguramente fui el que tuve más fuerza y el más certero para contrarrestarlos. Tanto es así que, alguno que aún no se ha dado por enterado, todavía anda difamándome por Internet.

Alguno pensará, con todo esto, que he madurado porque no voy a buscarlo y embestir de nuevo a las mismas irracionalidades de siempre. Y se equivoca, ni he madurado, ni lo pretendo. Lo que sucede es que me he dado cuenta de que no gano nada con ello. Yo no soy tan importante, de hecho soy insignificante y al centrar su fijación en mí, él o ellos, aún se hacen más pequeños e insignificantes que yo.

Para poneros en antecedentes, hace unos días publiqué un artículo en esa página para recordar lo que fue, dado que Gonzalo, el administrador del lugar, se vende la página. “Recuerdos” (http://www.tusrelatos.com/sistema/relato.asp?Leer=33819), así se titulaba aquel relato, pretendía ser una explicación de lo que significó la página para mí. Lo bueno y lo malo se reflejaban, sin profundizar, en aquellas líneas. Pero he aquí que el gañán de guardia quiso verse reflejado allí donde no había nombres, incluso más allá de lo que le pertenecía. Y es que a algunos su pasión por ser el centro del mundo les traiciona.

Pues el caso es que ahora ha escrito otro de sus relatos basura de autojustificación donde nuevamente no duda en intentar ensuciar mi nombre (bueno mi nick). El tipo me envía un correo para que lo lea y que le siga entrando al trapo. No lo he hecho y creo que aún le ha dolido más. Pero no contento con tan vil vuelapluma (incluso él es capaz de algo mejor), sigue con el mismo royo en su blog dentro de la red Periodista Digital (creo que sobran las palabras).

Dos cosas me duelen de esta persona. La primera es que sea incapaz de mirarse en un espejo sin el filtro de color de sus prejuicios. Ya sé que me diréis que todos tenemos prejuicios, pero me gustaría que leyerais la opinión que tiene de sí mismo y alguno de los relatos a los que alude como liberales, honestos, tolerantes… Y lo segundo es su capacidad para tergiversar las palabras de otros, incluso cuando se expresan de forma rotundamente inequívoca. Esto segundo es para mí lo peor, nunca he soportado que pongan en mi boca palabras que no he dicho, más aún porque una de las pocas cosas que creo dominar es la diferenciación entre lo ambiguo y lo concreto.

Para que no quepan dudas a nadie, y contra mi voluntad, aquí os pongo un perfil de lo que creo que soy ideológicamente:

1.- Me gusta el fútbol y soy del Barça, pero más que de un equipo soy del espectáculo futbolístico. Es un vicio que nos ha quedado a muchos culés que descubrimos este deporte cuando Cruiff llegó para jugar en España. Me dicen los viejos que algo parecido ocurrió con Kubala y espero que Di Stefano hiciera lo propio con los merengues (creo que alguno hay), también espero que los Messi, Xavi, Iniesta, Agüero y Cristiano Ronaldo traigan amigos del buen fútbol y del arte del balón, más que de la patada, el tacticismo y el aburridísimo “todo por la victoria”. Van Gaal, Mourinho, Capelo, Clemente… y otros asesinos del espectáculo, no pueden ser santos de mi devoción.

2.- No me gustan los toros, no puedo entender que se haga una fiesta con el sufrimiento de un ser vivo. Desapruebo toda violencia con los animales y creo que tendrían que buscarse fórmulas más humanas para tratar el sacrificio de esos seres que deben darnos de comer. Con esto siempre recuerdo una pintada de los lavabos de la Facultad de Química de la UCB:

Si el toreo es cultura, el canibalismo es gastronomía.

3.- Un día creí en el liberalismo económico, pero desde entonces he aprendido mucho sobre macroeconomía y ya no creo en ello. Según algunos, es que no he aprendido bastante, pero, sinceramente, creo que el liberalismo es una utopía de peaje… y un peaje muy caro. Pero no me voy a alargar más con este tema, pues el que quiera saber, de verdad, lo que pienso sobre la economía, puede verlo en el blog http://economiaracional.blogspot.com

4.- En política confieso que me gusta confundir, pero aquí no quiero a engañar a nadie. Soy apolítico si por ello se entiende que me niego a apoyar a ningún partido. Pero también soy muy activo con todos los temas que me parecen importantes. No creo en la Transición ni en la Constitución resultante, era muy joven entonces, pero vi demasiadas cosas que no me convencieron. Creo que en este país hay muchas personas y entidades, que lejos de pedir perdón por el daño causado en el pasado han optado por seguir haciendo daño. No apruebo la hipocresía, pero aún tolero menos que el franquismo no tenga categoría de terrorismo. Y, sobre todo, nunca perdonaré al PP por aceptar en sus filas a personas que han realizado apología de la violencia y del franquismo. También soy catalán y durante mucho tiempo quise ser español, pero mi primera condición ha chocado con la de una España identificada en Castilla y que repudia xenofóbicamente toda diferenciación que huela a catalán o vasco. Estoy convencido de que el independentismo de hoy tiene sus fundamentos en Madrid.

5.- Creo que se puede acabar con el hambre en el mundo.

6.- Creo que las religiones no deben salir a las calles, las creencias deben ser privadas y no pretender extender sus dogmas al resto de la sociedad, ya que suponen una alteración grave de las libertades que merecen todos los individuos.

7.- Creo muchas cosas, pero me niego a aceptar las palabras bondadosas sin pensar y sin hacer nada. Siempre ideo soluciones, buenas y malas, para cada problema. Y siempre estoy pensando en las diferentes formas en que se podría mejorar el mundo. Pero también soy consciente de que no todo se puede llevar a la práctica. Todos tenemos una idea clara de lo que sería un mundo perfecto (no para todos sería igual), pero muy pocos han ideado un camino a seguir para conseguirlo. Creo que el mundo perfecto es inalcanzable, pero si existe la posibilidad de lograr un mundo mejor.

8.- Creo en la importancia de la educación, de la investigación y niego la existencia de un derecho a ser imbécil.

9.- Me gustan los libros de casi todas las temáticas, pero omitiré las que no me atraen para no generar más polémica. Me gustan los comics, me gustan las revistas, pero odio los periódicos porque están llenos de opiniones donde debería haber noticias. Me gustan algunas series de la tele, pero ante todo, me gusta la radio, un medio que es mi pasión de toda la vida.

10.- Para acabar, y no alargarme (por si fuese poco) creo que detrás de toda intolerancia hay otra intolerancia, pero, a veces, no vale la pena descubrirla.