lunes, 25 de agosto de 2014

Lucy (cine de ciencia ficción)

Imagen extraída de la  web www.lahiguera.net


Las críticas a esta película me tenían que haber invitado a no ir a verla, pero ya me conocéis, no acostumbro a aceptar lo que dicen unos críticos profesionales así como así.
Y menos mal que no les hice caso, porque, a pesar de que no es una gran película, sí he pasado un buen rato. Y para eso se va al cine ¿No?
Pero bueno, lo de pasar un rato entretenido y una aceptable interpretación de las actores, es lo mejor que se puede decir.
La historia empieza con un buen concepto de cine de ciencia ficción filosófico: ¿qué pasaría si en lugar del 10% de nuestro cerebro pudiésemos usar el 100%? Lástima que esta idea tampoco es nueva y ya la han contestado varios neurobiólogos de prestigio: por encima del 25%, mantenido más allá de unos pocos minutos, sería imposible refrigerar el interior de nuestro cráneo. Para los que hemos padecido un examen de universidad de varias horas a pleno nivel de concentración, esto no es extraño, ya que al salir, nuestra temperatura corporal ha podido subir varios grados. En una ocasión, tras un examen de matemáticas, mi temperatura llegó a los 40 grados centígrados, medidos 15 minutos después, y solo 40 minutos más tarde, tras consumir solo un par de vasos de agua, había bajado a 36,8.
Esto bastaría para desmontar la teoría, pero, aun así, podemos dejar seguir la historia. Pero desgraciadamente hay algunos errores de bulto que solo sirven para dar espectacularidad, como las escenas en que la protagonista conduce en dirección contraria sin preocuparse por los daños que va causando a diestro y siniestro. Sinceramente, me niego a creer que una persona que alcanza la supuesta sabiduría, tenga tan baja empatía, por una única razón: el razonamiento del instinto de especie. Sobre todo porque, por lo visto hasta ese momento, ya podemos suponer que es capaz de levantar el vehículo por el aire y llegar volando… recurso que, a pesar de haber probado que es posible, no usa jamás para simplificar nada.
En general, eso de las complicaciones innecesarias, es un absurdo constante a lo largo de toda la película, aunque hay que reconocer que se hace en pos de hacer más espectacular y trepidante al film, por lo que hasta algunos minutos después de acabado este, no te das cuenta de ello.
Lo que si decepciona, y mucho, es el final, previsible, simplón y sin la espectacularidad que hacía esperar el resto de la cinta. Ese final, además, a pesar de las esperanzas filosóficas generadas al principio, tampoco se resuelve correctamente en ese ámbito.
No voy a seguir dando notas sobre ese final porque no quiero hacer de mi crítica un spoiler. Sobre todo porque, si no hay nada mejor que ver, la peli tampoco está tan mal.

Yo le daría un 5 raspado sobre 10.