sábado, 23 de abril de 2011

Adivinad el personaje


A nadie amó y a nadie quiso
por eso triunfó en la vida.
Ya de pequeño mostró sus valores
o la carencia de ellos
como le enseñaron en casa.
Generaciones de tradición
traficando odio entre sus venas.
El niño se hizo hombre tras un bigote
y busco su media naranja
como mandan los cánones.
Entre el frutero y el hospital
nacieron los hijos
bautizados en Dios
y algún rebelde sin causa,
pero que con vara fina
a sus fines se avino
regalándole un deseado yerno
más que los nietos.
Entre lo uno y lo otro
de su ilustre herencia
se abrieron las puertas
del poder más que el cielo,
pero tanto le daba.
Sentado en la silla
como Dios se sentía
y su bondad impartía
al precio del odio.
Marchó entre el fuego y la ira
su impronta sobre las vías
y su odios sobre las esquinas
de la piel de toro.
Renegando del olvido
que después debía
aún hoy le roba al silencio
sus falacias de envidia.