sábado, 26 de septiembre de 2009

El ojo que todo lo ve y la justicia ciega.


PRIMER JUICIO DE LA HUMANIDAD CONTRA DIOS.

Se juzga por los cargos de posesión y uso de armas de extinción masiva.

Habida cuenta que el acusado no se ha presentado a las audiencias previas a este juicio ni ha respondido a los requerimientos dados por este tribunal. Se procede a seguir con los autos dando al susodicho como declarado en rebeldía.

Se inician pues los procedimientos inculpatorios por los delitos de posesión y uso de armas de extinción masiva en base a las pruebas documentales presentadas por la acusación y basadas en el panfleto publicitario usado por sus seguidores y conocido por los nombres de Torá, Biblia y Antiguo Testamento, entre otros. Se han analizado, para el proceso que ahora nos afecta, los capítulos relativos a la desaparición de las ciudades de Sodoma y Gomorra y a los concernientes al poco claro suceso del Diluvio Universal.

En referencia a estos cargos se solicita a las partes que presenten sus testimonios, previos al juicio, antes del día 30. Así mismo se recuerda la necesidad de aportar cualquier prueba que se considere de interés, antes de esa fecha, para permitir el estudio de las mismas por la parte contraria, con la antelación suficiente, es decir, 24 horas antes de la ejecución de los autos. También se advierte que la presentación de nuevas pruebas durante el proceso quedará limitada a la normativa del tribunal.

Sin más preámbulos se cita a las partes para el día 1 en este juzgado con el fin de escuchar las anotaciones previas de las partes.

El Presidente del tribunal de justicia del mundo libre de dogmas.

Intermundo a 18 de octubre de 2007.


jueves, 17 de septiembre de 2009

¿A qué huele el amor?


Imagen tomada de flikr.



¿A qué huele el amor?

Eso depende de la edad,

de la vida,

del corazón.

Primero el aroma dulce y suave

del abrazo de una madre

y el rancio traje de un abuelo

que juega en el suelo con su nieto.

Después a una mañana

de soleado domingo.

Pero al crecer empiezan los cambios

y el amor es mojado

como la tierra en el mes de abril.

Y al crecer más,

cuando se encienden los fuegos del cuerpo,

huele al atardecer, frente al mar,

de finales de agosto.

Y en la madurez

el suave crepitar del hogar

en invierno.

Incluso, hacia el final,

huele a un ramo de flores frescas

en el cementerio.

Muchos y ninguno

del amor son sus aromas,

depende de cada cual,

depende de la edad,

depende... del primer beso

y también del último.

Pero, ante todo,

hay que estar vivo.