sábado, 9 de octubre de 2010

El círculo


Después de muchos años insistiendo, unos sobre que aquella podía ser la única solución y otros el fin del mundo, hoy parecía claro que ambos habían tenido razón: el fin del mundo había sido la única solución.

Originalmente las bombas de olvido apenas habían provocado daños materiales ni personales, pero conforme se había ido extendiendo su contenido por todo el planeta, se había empezado a liberar la verdadera esencia de la humanidad.

Vimos como unos humanos armados de cruces se enfrentaron a otros con medias lunas y, a estos, frente a otros con estrellas. Todos ellos hace mucho que se mataron entre sí.

Después alguien descubrió algo apetecible y le plantó una bandera que encontró. No dejaba que nadie se acercarse y aquello fue suficiente para que todo el mundo lo quisiera. Pero defendió su posesión con todo lo que tuvo a su alcance. Su final fue una orgía de sangre donde pocos quedaron para descubrir la inútil base de aquella bandera.

Aún más tarde llegaron las ratas, pero también hace tanto que no recuerdo qué fue de ellas. Pero sí me acuerdo del silencio. Porque al final todo fue silencio y soledad hasta que llegaste tú.

--No recuerdo nada, pero sé que no quiero estar sola.

--¿Cómo te llamas?

--No lo sé.

--Te llamaré “Tú”

--Llámame como quieras mientras lo hagas cada mañana durante el resto de nuestros días.

Frente a ambos se extendía una tierra rica y llena de sorpresas. Hasta que un día, Tú descubrió un libro y también que era capaz de leerlo. En una de las páginas leyó como un hombre llamado Isaac Newton vio caer una manzana y de ello dedujo la teoría de gravitación universal. Entonces le dio un mordisco a aquellas páginas y salió corriendo para compartir aquel manjar con su compañero.

2 comentarios:

David Gómez Hidalgo dijo...

quizás sí el fin del mundo sería una solución, pero como bien describes pueden existir actos que hagan que todo vuelva a empezar como empezó y con el consecuente final.
Creo que será mejor intentar trabajar en este mundo para que sea mejor, así si alguna vez llega el fin del mundo tendremos la esperanza de que un día algunos lucharon para que fuera mejor (y supongo que tengo que añadir que no lo consiguieron, si llegó el fin del mundo, pero esperemos que no sea así).

No sé si acabo de crear una paradoja.

Saludos

RAMON MUNTAN dijo...

¡ Qué bo!

m'encantat, Vicens.