Mañana es
Sant Jordi y no quería dejar de hacer algunas recomendaciones que se salen de
la línea habitual de los medios.
Mi primer consejo
es para “El Espíritu del Lince” de Javier Pellicer. También es el último libro
que he terminado de leer y que me ha convencido plenamente. Sé que muchos dirán
que mi recomendación responde a mi amistad con el autor, pero se equivocan.
Recomiendo
este libro a los amigos de la novela histórica. Está muy en la línea de Mika
Waltari, aunque su ritmo es mucho más veloz. El autor se ha empapado del
periodo a describir y se percibe, desde la primera página, el gran trabajo
documental del autor. Los personajes son muy humanos y mutan con los avatares
de la vida. Aunque en este punto hay dos de esos cambios que necesitan una
mejor explicación, sin embargo eso es una minucia frente a la épica de la
historia.
El libro
también contiene una historia de amor, de esas que ya sabéis que yo no soy muy
partidario, pero que no satura el relato y, sin embargo, aproxima la historia
también a aquellos lectores más aficionados a otros tipos de lectura, haciéndola
apta para todos los públicos.
A Javier le
diré que me quedo con el Icórbeles estratega e idealista… y creo que él me
entenderá.
“El Espíritu
del Lince” es pues mi primera recomendación.
La segunda
no es una novela y puede que sea uno de esos libros que a primera vista puede
producir un cierto rechazo, pero que una vez dentro de la lectura abre la vista
a un mundo fascinante de conocimientos irrelevantes, pero que te atrapan. Me refiero
a “En Casa” de Bill Bryson. Par los que leyeron en su día “Una breve historia
de casi todo” y ya conocen la facilidad de este autor para conectar con el
lector, creo que no tengo mucho que explicar. En esta ocasión, con la excusa de
hablarnos del propio domicilio del autor, nos introduce en el mundo de la
historia de los materiales y los inventos en un majestuoso paseo por,
especialmente, Inglaterra y los Estados Unidos. Es posible que algunos personajes
pudieran perecernos lejanos así de entrada, pero la habilidad narrativa de
Bryson termina por convertirlos en alguien de nuestra familia. Tanto es así que
cuando llegué a la página 604 y se acabó el libro sentí una enorme tristeza por
tener que abandonar sus páginas.
“En Casa” es
pues mi segunda recomendación.
El tercero
tampoco es una novela y es un libro aún más reciente que los anteriores, aunque
en cuanto a valor para mí está algo más alejado que los anteriores. Se trata de
“Así se Manipula al Consumidor” de
Martin Lindstrom. Al principio lo adquiría aún teniendo un pleno convencimiento
de que no me iría a contar demasiadas cosas nuevas, pero me equivocaba. La capacidad
para sorprenderme y abrirme los ojos le ha dado la categoría suficiente para
lograr está recomendación. Sobre todo en un momento en que se nos manipula no
solo como consumidores de productos de consumo sino también de la aceptación de
absurdas políticas económicas
“Así se
Manipula al Consumidor” es pues mi tercera recomendación.
Mañana podréis
comprar la tradicional rosa a vuestra
amada y el tradicional libro a vuestros
seres queridos, estos son mis sinceros consejos y aunque dicen que sobre gustos
no hay nada escrito, yo debo insistir en que eso no es cierto. Y el que no me
crea puede cerciorarse leyendo el tercer libro.
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