Dicen que el que de joven no ha sido un revolucionario no ha vivido, pero la realidad es muy diferente. Cuando somos jóvenes tenemos mucho que aprender... tanto que nunca lograremos abarcarlo todo, y los viejos nos tachan de revolucionarios, pero lo que realmente ocurre es que no quieren que les quitemos el sitio que ya ven peligrar. Es justo en ese instante en que el sol amenaza con ocultarse, cuando la juventud empieza a marchitarse, cuando nos entran las prisas. Sobre los cuarenta años vemos ajarse nuestros cuerpos mientras nuestras cabezas, a pesar de todo lo estudiado, siguen vacías. En esos momentos miramos a nuestros retoños dispuestos a relevarnos en el juego de la vida y pretendemos darles una última lección antes de tomar el camino de la noche. El último fulgor del sol que ya se esconde contiene la gran revolución del rayo verde... Después, la noche plácida nos envuelve y somos como aquellos otros viejos temerosos y conscientes de que pronto un joven ocupará nuestro lugar y solo la dignidad con la que sepamos marcharnos hablará algo mejor de nosotros.
¿Cómo se ha llegado al 0-4 en el Bernabeu?
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Cada temporada digo lo mismo: hasta la décima jornada no se puede hablar de
lo que realmente se espera de un equipo. Y con el Barça de este año no iba ...
Hace 3 semanas
1 comentario:
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