Me dije, hace ya algún tiempo, que no volvería a entrar al trapo sobre los temas que duelen, pero me equivocaba más que la paloma de Alberti. Supongo que tengo más peligro que Manolo Lama en un centro de beneficencia.
Me gusta escribir y me gusta leer. Me gusta lo que me gusta, pero no he logrado ser un sabio porque me pueden las emociones. Nunca lograré ser un gran escritor porque la impaciencia me obliga a adelantarme y escribir el final una frase antes de acabar el primer párrafo. Me pierdo en la oleada de pensamientos impulsivos que me impide teclearlos todos antes de que se disuelvan en la nada y…
Leo lo escrito: Dije que no y va a ser que sí. Me gusta escribir y no sé.
Quienes me conocéis de tiempo atrás, tal vez me conocisteis en www.tusrelatos.com y allí, por desgracia, ya me hice famoso por mis trifulcas. Para los que no conozcan la página, era (es) un lugar donde cualquiera puede publicar un relato y esperar que otros lo lean y se lo comenten, generalmente para ayudarle a mejorar, en ocasiones para entablar amistad, demasiadas veces para hacer cadenas de “amiguitos” que forman grupos semicerrados y finalmente hay algunos que sólo buscan alimentar polémicas… ¿Normal, no? La cuestión es que puede que tuviera razón la mayoría de las veces, pero me perdía persiguiendo a fantasmas. Un troll busca a personas que, como yo, responden a sus provocaciones, haciendo polvo las páginas donde se meten.
Si primero fueron los trolls, después llegaron a la página otro tipo de monstruos: pinochetistas, captadores evangelistas, forofos de equipos de fútbol, partidistas, pancartistas, propagandistas católicos, psicópatas que alardeaban de una enfermedad mental para acosar a otros individuos, etcétera. Pero todos estos bichos tenían en común no respetar, con sus opiniones, la orientación de la página y, la mayoría, ser muy agresivos. No fui el único que los embestí creyendo que ayudaba a esa página, ni siquiera fui el primero, pero seguramente fui el que tuve más fuerza y el más certero para contrarrestarlos. Tanto es así que, alguno que aún no se ha dado por enterado, todavía anda difamándome por Internet.
Alguno pensará, con todo esto, que he madurado porque no voy a buscarlo y embestir de nuevo a las mismas irracionalidades de siempre. Y se equivoca, ni he madurado, ni lo pretendo. Lo que sucede es que me he dado cuenta de que no gano nada con ello. Yo no soy tan importante, de hecho soy insignificante y al centrar su fijación en mí, él o ellos, aún se hacen más pequeños e insignificantes que yo.
Para poneros en antecedentes, hace unos días publiqué un artículo en esa página para recordar lo que fue, dado que Gonzalo, el administrador del lugar, se vende la página. “Recuerdos” (http://www.tusrelatos.com/sistema/relato.asp?Leer=33819), así se titulaba aquel relato, pretendía ser una explicación de lo que significó la página para mí. Lo bueno y lo malo se reflejaban, sin profundizar, en aquellas líneas. Pero he aquí que el gañán de guardia quiso verse reflejado allí donde no había nombres, incluso más allá de lo que le pertenecía. Y es que a algunos su pasión por ser el centro del mundo les traiciona.
Pues el caso es que ahora ha escrito otro de sus relatos basura de autojustificación donde nuevamente no duda en intentar ensuciar mi nombre (bueno mi nick). El tipo me envía un correo para que lo lea y que le siga entrando al trapo. No lo he hecho y creo que aún le ha dolido más. Pero no contento con tan vil vuelapluma (incluso él es capaz de algo mejor), sigue con el mismo royo en su blog dentro de la red Periodista Digital (creo que sobran las palabras).
Dos cosas me duelen de esta persona. La primera es que sea incapaz de mirarse en un espejo sin el filtro de color de sus prejuicios. Ya sé que me diréis que todos tenemos prejuicios, pero me gustaría que leyerais la opinión que tiene de sí mismo y alguno de los relatos a los que alude como liberales, honestos, tolerantes… Y lo segundo es su capacidad para tergiversar las palabras de otros, incluso cuando se expresan de forma rotundamente inequívoca. Esto segundo es para mí lo peor, nunca he soportado que pongan en mi boca palabras que no he dicho, más aún porque una de las pocas cosas que creo dominar es la diferenciación entre lo ambiguo y lo concreto.
Para que no quepan dudas a nadie, y contra mi voluntad, aquí os pongo un perfil de lo que creo que soy ideológicamente:
1.- Me gusta el fútbol y soy del Barça, pero más que de un equipo soy del espectáculo futbolístico. Es un vicio que nos ha quedado a muchos culés que descubrimos este deporte cuando Cruiff llegó para jugar en España. Me dicen los viejos que algo parecido ocurrió con Kubala y espero que Di Stefano hiciera lo propio con los merengues (creo que alguno hay), también espero que los Messi, Xavi, Iniesta, Agüero y Cristiano Ronaldo traigan amigos del buen fútbol y del arte del balón, más que de la patada, el tacticismo y el aburridísimo “todo por la victoria”. Van Gaal, Mourinho, Capelo, Clemente… y otros asesinos del espectáculo, no pueden ser santos de mi devoción.
2.- No me gustan los toros, no puedo entender que se haga una fiesta con el sufrimiento de un ser vivo. Desapruebo toda violencia con los animales y creo que tendrían que buscarse fórmulas más humanas para tratar el sacrificio de esos seres que deben darnos de comer. Con esto siempre recuerdo una pintada de los lavabos de la Facultad de Química de la UCB:
Si el toreo es cultura, el canibalismo es gastronomía.
3.- Un día creí en el liberalismo económico, pero desde entonces he aprendido mucho sobre macroeconomía y ya no creo en ello. Según algunos, es que no he aprendido bastante, pero, sinceramente, creo que el liberalismo es una utopía de peaje… y un peaje muy caro. Pero no me voy a alargar más con este tema, pues el que quiera saber, de verdad, lo que pienso sobre la economía, puede verlo en el blog http://economiaracional.blogspot.com
4.- En política confieso que me gusta confundir, pero aquí no quiero a engañar a nadie. Soy apolítico si por ello se entiende que me niego a apoyar a ningún partido. Pero también soy muy activo con todos los temas que me parecen importantes. No creo en la Transición ni en la Constitución resultante, era muy joven entonces, pero vi demasiadas cosas que no me convencieron. Creo que en este país hay muchas personas y entidades, que lejos de pedir perdón por el daño causado en el pasado han optado por seguir haciendo daño. No apruebo la hipocresía, pero aún tolero menos que el franquismo no tenga categoría de terrorismo. Y, sobre todo, nunca perdonaré al PP por aceptar en sus filas a personas que han realizado apología de la violencia y del franquismo. También soy catalán y durante mucho tiempo quise ser español, pero mi primera condición ha chocado con la de una España identificada en Castilla y que repudia xenofóbicamente toda diferenciación que huela a catalán o vasco. Estoy convencido de que el independentismo de hoy tiene sus fundamentos en Madrid.
5.- Creo que se puede acabar con el hambre en el mundo.
6.- Creo que las religiones no deben salir a las calles, las creencias deben ser privadas y no pretender extender sus dogmas al resto de la sociedad, ya que suponen una alteración grave de las libertades que merecen todos los individuos.
7.- Creo muchas cosas, pero me niego a aceptar las palabras bondadosas sin pensar y sin hacer nada. Siempre ideo soluciones, buenas y malas, para cada problema. Y siempre estoy pensando en las diferentes formas en que se podría mejorar el mundo. Pero también soy consciente de que no todo se puede llevar a la práctica. Todos tenemos una idea clara de lo que sería un mundo perfecto (no para todos sería igual), pero muy pocos han ideado un camino a seguir para conseguirlo. Creo que el mundo perfecto es inalcanzable, pero si existe la posibilidad de lograr un mundo mejor.
8.- Creo en la importancia de la educación, de la investigación y niego la existencia de un derecho a ser imbécil.
9.- Me gustan los libros de casi todas las temáticas, pero omitiré las que no me atraen para no generar más polémica. Me gustan los comics, me gustan las revistas, pero odio los periódicos porque están llenos de opiniones donde debería haber noticias. Me gustan algunas series de la tele, pero ante todo, me gusta la radio, un medio que es mi pasión de toda la vida.
10.- Para acabar, y no alargarme (por si fuese poco) creo que detrás de toda intolerancia hay otra intolerancia, pero, a veces, no vale la pena descubrirla.